Este emprendimiento nace de la sociedad entre dos amigos Alejandro Sejanovich y Jeff Mausbach.
Para ellos, Altamira es “EL” terruño privilegiado para Malbec en Argentina. Con suelos muy heterogéneos, uno puedo encontrar hasta tres suelos distintas en la misma hilera – en las cabeceras, un suelo bien arenoso; en el medio, manchas de piedras con mucho calcáreo; en el final de las hileras, suelos limosos. Cada uno de estos perfiles de suelos produce un carácter distinto de Malbec: aromas, sabores y texturas diferentes. El desafío para Jeff y Alejandro es reflejar toda esta complejidad natural en los vinos de ZaHa y TeHo.
Significa “corazón” en dialecto huarpe, hace referencia a la esencia de Altamira que late. Los suelos en Altamira son muy heterogéneos pero al momento de cosechar los datos analíticos – alcohol, pH, acidez – son bastante similares. Mientras tanto, el perfil aromático es la característica que marca la diferencia en suelo. Para ZaHa, se cosechó toda la hilera junta, dejando que los distintos perfiles de suelo aporten una complejidad natural al vino. Las uvas fueron co-fermentadas con Cabernet Franc y Petit Verdot para aumentar la complejidad del vino.
Significa “sangre de la tierra”, hace referencia a la concentración que pueden producir estos suelos tan únicos de Altamira. En este vino, Jeff y Alejandro practicaron una micro-viticultura para aislar cada perfil de suelo y manejarlo individualmente. Cada estructura de suelo se cosecho aparte, en su fecha óptima, para que luzcan sus características más profundas. El suelo arenoso primero, para mostrar su potencial floral; el suelo de piedra segundo, para reflejar su carácter mineral; por último, el suelo limoso, para reflejar su carácter de frutas negras. Cada lote fue vinificado individualmente en barricas y co-fermentado con Cabernet Franc y Petit Verdot para aumentar la gama de aromas, sabores y texturas. TeHo tiene un componente bien distinto: un lote de Petit Verdot co-fermentado con 5% Malbec, que aporta una estructura tánica bien diferenciada.